Explorando el mundo de Styx: Blades of Greed

Explorando el mundo de Styx
Explorando el mundo de Styx
Explorando el mundo de Styx: Blades of Greed

¡Hola a todos! Aquí Cyanide, el equipo de desarrollo de Styx: Blades of Greed.

A medida que nos acercamos sigilosamente a la revelación del gameplay de Styx: Blades of Greed, es hora de dar un paso atrás y contemplar el mundo que hemos construido, o más bien, las ruinas de un mundo que todavía se aferra a la vida. Este juego no trata solo de sigilo, sabotaje o frases ingeniosas (aunque hay mucho de eso). Trata de lugares. Entornos que emanan historia, atmósfera y peligro.



Algunos de estos lugares son completamente nuevos para Styx, mientras que otros marcan un regreso a sitios que ya ha visitado, ahora cambiados, marcados por la batalla u olvidados. Desde las frías piedras de El Muro, hasta el frondoso bosque del Amanecer Turquesa, y el corazón putrefacto de Akenash, cada lugar en el que te infiltras tiene un peso, en su historia, en su jugabilidad y en su tono. Cada uno ofrece un desafío único, un ambiente distinto y una mirada más profunda al mundo fracturado por el que Styx se desliza.



¿Quieres saber más sobre cada zona? Echa un vistazo a nuestros blogs de desarrollo detallados para cada entorno:
  • El Muro
  • Amanecer Turquesa
  • Ruinas de Akenash

El Muro - Una fortaleza construida para mantenerte fuera

Bienvenido a El Muro: el monumento más grande y ruidoso del Imperio al miedo. Este imponente coloso de hormigón, acero y control marca las fronteras del Imperio y ha pasado de ser un fuerte militar a una máquina de opresión del tamaño de una ciudad. Desde las alturas del lujo noble hasta la miseria de los barrios bajos, El Muro está dividido verticalmente por clase, propósito y paranoia.

En la cima, la Embajada mueve los hilos, oculta tras puertas doradas y falsa diplomacia. La catedral de la Inquisición se alza como un arma religiosa, a la vez sede de poder y símbolo de dominio. Debajo, los nobles disfrutan de sofás de terciopelo y vino de época mientras los prisioneros y los supervivientes de la plaga se pudren en las sombras.


Styx: Blades of Greed

¿Y más abajo? Los Barrios Bajos. Orcos forzados a trabajar, talleres de contrabando, infraestructuras en ruinas. Los guardias son corruptos o están desbordados. Las bandas gobiernan donde el Imperio no llega.

Para Styx, El Muro es tanto una introducción como un desafío. El primer espacio donde dominarás las mecánicas de sigilo básicas: verticalidad, infiltración, evasión. Es donde robas un zepelín (porque, por supuesto, Styx lo haría), conoces a aliados inesperados y te das cuenta de que algo mucho más grande se está gestando.

Pero no te equivoques: El Muro no es un nivel tutorial. Es un desafío en toda regla, lleno de trampas, patrullas estrictas y élites de la Inquisición entrenadas para atrapar a cualquier intruso y poner fin a tu aventura antes de que empiece.

Styx: Blades of Greed

Amanecer Turquesa - Una aldea orca bajo asedio

Desde el yugo mecánico del Imperio, pasamos a algo más salvaje... y más furioso.

Amanecer Turquesa fue una vez una impresionante aldea orca tallada en el dosel superior de un enorme bosque sagrado. La arquitectura era natural, espiritual. Casas construidas dentro de árboles huecos, pasarelas tendidas entre las ramas como seda de araña, todo en armonía con la Madre Tierra. Este lugar significaba algo.

Luego llegó el Imperio. Un asalto brutal rompió el equilibrio, impulsado por la codicia de recursos y las traiciones internas. Ahora, Amanecer Turquesa sangra, dividida entre puestos avanzados imperiales calcinados y santuarios profanados, con solo fragmentos de la resistencia orca resistiendo en las copas de los árboles.


Styx: Blades of Greed

Esto no es solo un bosque bonito. Es un campo de batalla. Un laberinto de raíces, lianas y pasarelas derrumbadas. Abundan los peligros ambientales: hongos tóxicos que explotan cerca de los enemigos, espinas que bloquean tu camino, ramas que se desmoronan y Cucarachas sensibles que te obligan a replantear tu estrategia de ruido.

Cuanto más te adentras, más extraño se vuelve todo. Soldados de la Inquisición deambulan por los claros. Los chamanes orcos pueden sentir a Styx incluso antes de que se mueva. El bosque está vivo y no te quiere aquí.

Amanecer Turquesa es donde Styx combina el sigilo con la imprevisibilidad. No se trata solo de las sombras, sino de usar el terreno a tu favor, adaptarte a facciones que conocen la tierra mejor que tú y sobrevivir en un lugar que ya no distingue entre amigos y enemigos.


Styx: Blades of Greed

Ruinas de Akenash - Caída por la codicia de Styx

Finalmente, llegamos a Akenash, o lo que queda de ella.

Antaño una maravilla de la diplomacia y la ciencia mágica, la Torre de Akenash flotaba en el vacío, custodiada por Elfos e infestada por algunas criaturas. Era el hogar de las mentes más brillantes (y menos éticas) del Imperio. Y fue la cuna del legado de Styx.

Pero eso fue antes. Antes de que Styx robara el Corazón. Antes de la Plaga Verde. Antes de que todo se derrumbara.

Ahora, Akenash pende en pedazos rotos. Su magia se desvanece y sus pasillos bullen de criaturas retorcidas por la desesperación y la locura. El Árbol del Mundo sigue en pie en el centro, a duras penas, pero sus venas de Ámbar están secas, su corteza se desmorona y extraños organismos parásitos se dan un festín con su decadencia. Este lugar es hostil, fracturado…


Styx: Blades of Greed

Akenash no está vigilada. Está infestada.

Elfos salvajes, antiguos eruditos destrozados por el colapso espiritual. Goblins que intentan matar a Styx. Cucarachas que se han adaptado a la oscuridad, extendiéndose como el moho. Y carroñeros de la Inquisición que todavía husmean, desesperados por encontrar Cuarzo.

Si El Muro es control y Amanecer Turquesa es resistencia, Akenash es locura. Una tumba donde las historias van a morir, o regresan hambrientas.

Styx: Blades of Greed

Un mundo, tres frentes, amenazas infinitas

Cada uno de estos entornos refleja un aspecto diferente del mundo y del propio Styx.


  • El Muro muestra cómo el Imperio enmascara el control con grandiosidad.
  • Amanecer Turquesa revela cómo la conquista puede vaciar la tradición y retorcer la supervivencia.
  • Akenash nos recuerda que nada, ni siquiera los milagros, dura para siempre.

Hemos diseñado estos espacios no solo para desafiar tu sigilo, sino para sumergirte en ecosistemas vivos llenos de oportunidades, amenazas e historia. Ya sea que trepes, te arrastres o mates para abrirte paso, el mundo reaccionará. ¿Y en algún lugar de ese caos? Secretos. Cuarzo. Y una guerra a punto de estallar.

Pero no te preocupes. Si hay alguien que va a abrirse un camino sangriento a través del corazón de todo esto, ese es Styx. (Probablemente.)

Ah, y por cierto, con esto concluye nuestro pequeño recorrido por la serie de entornos. ¿La próxima vez? Se acabó el turismo. ¡Es hora del gameplay!

¡Nos vemos (muy) pronto!


– El equipo de Cyanide

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